¿Existe el Islam moderado?

Publicado

por Teresa Giménez Barbat – publicado en: http://www.abc.es/

Esos que llaman «islamistas moderados», en los que algunos tienen puestas tantas esperanzas, no son ninguna solución sino parte del problema. El vínculo de los terroristas islamistas con la masa «moderada» es la misma que existe entre los terroristas etarras y el nacionalismo vasco, por poner un ejemplo cercano. Son proyectos basados en creencias y sentimientos y por ello no argumentables por medio de la razón. Y son peligrosos porque incluyen agendas políticas donde unos ganan y otros pierden. También la vida.

Uno de los mayores malentendidos es que los creyentes de cualquier dogma o creencia, si son moderados, tienen la llave de la solución. Hay gente que cree que el camino a la paz del mundo será posible cuando cada uno de nosotros haya aprendido a tolerar las creencias del otro, aunque se apoyen en mitos y leyendas o cuando no en ideas claramente en contra de lo que consideramos derechos humanos básicos. Y los supuestos moderados no permiten que se diga nada verdaderamente crítico (y ya no digamos humorístico) sobre su literalidad, además de ir exigiendo espacios extra-legales donde no rijan las normas que han de ser comunes. No permiten el avance.

En Europa los católicos y los protestantes ya no se matan. Pero no lo hacen porque se hayan vuelto «tolerantes». No lo hacen porque, a estas alturas, les importa un comino si la Virgen lo era de verdad o si el Espíritu Santo fue gavilán o paloma. La modernidad ha salpicado el campo de los creyentes con algunas heterodoxias vistosas: curas gays, presbíteros lesbianas, música rock en la iglesia, musulmanes moderados que comen jamón. Gente, en un apalabra que no se ha leído bien ni la Biblia ni el Corán. Incluso los fundamentalistas viven su vida en general haciendo la vista gorda sobre algunos dogmas porque es mucho más útil para su vida y la de los suyos. Si en un futuro Occidente y el Islam pueden convivir será porque los musulmanes habrán aprendido a ignorar la mayor parte de su doctrina, al igual que ahora hacen los cristianos.

Somos laicos y realmente moderados en Occidente porque incluso la menos educada, la más ignorante de las personas sabe muchísimo más que cualquiera que viviese aunque fuera 1000 años atrás. Y sabe que es incompatible con cualquier Escritura. Los que se llaman moderados en realidad lo que hacen es evitar los costes que la literalidad de las escrituras les impondría. Como dice Sam Harris, los moderados son resultado de todo lo bueno que no deseamos prescindir del secularismo unido a una -deliberada o no- ignorancia de lo que proponen nuestra religión o nuestra doctrina favorita. Seguramente nunca podremos prescindir de la religión ya que parece asentarse en mecanismos mentales que nos vienen grabados a fuego. Pero las religiones que vieron su despertar hace 2000 años, cuando el mundo empezó a globalizarse y exigió contratos solidarios más amplios que los de la tribu, han de dar paso algo más acorde con el SXXI. Nuestra necesidad de relación pacífica y el potencial destructivo de nuestro conocimiento lo hacen indispensable.

Teresa Giménez Barbat es escritora.

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