A la hora de obedecer a la autoridad, las convicciones morales y las religiosas llevan a caminos distintos.
Autor: David Di Salvo
( en N e u r o n a r r a t i v e)
Traducción: Alex Mestre
Uno de los temas más recurrentes en las discusiones políticas es la influencia de las creencias religiosas ante el Gobierno. Se acostumbra a asumir que un alto nivel de religiosidad es sinónimo de alto nivel de convicción moral – comúnmente se considera que ambos términos van cogidos de la mano. Por lo tanto, si la actitud de alguien hacia la autoridad gubernamental está influenciada por su religiosidad, debiera lógicamente ir acompañada de sus convicciones morales. La influencia debería ser pareja.
¿Es esto cierto?
Un nuevo estudio aparecido en Psychological Science ha investigado como la religiosidad y las convicciones morales afectan a nuestras actitudes respecto a la autoridad. Una encuesta sobre una muestra representativa de 727 ciudadanos norteamericanos con edades comprendidas entre los 19 y los 90 años ha tratado de determinar el grado de confianza o de desconfiada de la gente ante las decisiones tomadas por la Corte Suprema de EEUU (como por ejemplo la eutanasia). La muestra abarcaba un amplio espectro socioeconómico y educativo.
Los parámetros evaluados en la encuesta incluyeron :
- Apoyo o rechazo al «PAS» (Physician Assisted Suicide), eutanasia.
- Grado de apoyo u oposición (para calibrar extremos)
- Nivel global de convicciones morales
- Confianza en la Corte Suprema a la hora de tomar decisiones con relación al PAS
- Periodo de tiempo para dar una opinión sobre el grado de confianza en la Corte Suprema (para revelar el grado de emoción visceral en relación a esta opinión; cuanto más emotivo = menos tiempo)
- Nivel global de religiosidad
Esto fue lo que los investigadores hallaron : Primero, cuanto más fuerte el grado de convicción moral en un sujeto, menos confianza tienen en la Corte Suprema a la hora de pronunciarse sobre el PAS. De manera inversa, cuanto más alto es el nivel de religiosidad de un individuo, más legitimidad da a la Corte Suprema en su pronunciamiento sobre este tema tan sensible.
Para ser claros sobre esto – los resultados sobre convicción moral fueron exactamente los opuestos a los religiosos.
Además, cuanto mayor es la convicción moral de un individuo, más rápidamente responde a la pregunta en cuestión, indicando una reacción visceral en lugar de otra más ponderada. Asimismo, cuanto mayor es el grado de religiosidad, más rápidamente se pronuncia el encuestado sobre su nivel de confianza. Igualmente, en el caso de tener ambos niveles de convicción moral y religiosidad, las respuestas fueron significativamente viscerales.
Por lo menos dos implicaciones significativas se pueden sacar de este estudio. En primer lugar, se encuentra típicamente asumido que la religiosidad y la convicción moral son parecidas, y no lo son. La convicción moral en este estudio estaba muy relacionada con el recelo hacia la autoridad legítima y establecida, mientras que la religiosidad tiende a hacer creer en el orden establecido.
En segundo lugar, los individuos con convicción moral no se limitan meramente a «reaccionar» ante decisiones en las que no están de acuerdo. En lugar de ello, está claro que ellos no confían que la autoridad legítima sea infalible en sus decisiones. Su reacción es la proyección de una convicción que está fuertemente interiorizada.
A mi modo de ver, el aspecto crucial que este estudio no aborda lo suficientemente bien es el lugar donde tanto la religiosidad como la convicción moral se superponen. Presumiblemente, el grado de convicción moral siempre sobrepase al de religiosidad en actitudes hacia la autoridad (como mínimo así lo indica el estudio) – pero también es posible que la religiosidad tenga un efecto moderador sobre la convicción moral en algunos casos. Hubiera sido útil que este aspecto estuviera más trabajado; a pesar de todo los resultados son significativos.